La protección contra los incendios forma parte de una estrategia integral de prevención, vigilancia y -en última instancia- intervención. Los servicios de protección contra incendios comprenden distintas facetas relacionadas con la seguridad ante este tipo de imprevistos. Desde la formación de quienes ocupan habitualmente unas instalaciones hasta el mantenimiento y limpieza de estos espacios.

En primer lugar, se produce la vigilancia constante, a través de los sistemas de detección. Cuentan con las más avanzadas herramientas informáticas y sensores que detectan, sin necesidad de intervención humana, cualquier indicador asociado al fuego (humo, altas temperaturas, llamas, etcétera).

La segunda fase de la protección contra los incendios consiste en la extinción del fuego. Los medios dependen del tipo de instalaciones y de las tecnologías empleadas. Los sistemas de protección con agua (en diversos estados: pulverizada, nebulizada, espuma…) y su abastecimiento y almacenamiento se sitúan en el centro de la estrategia de extinción del fuego. Asimismo, los que emplean agentes químicos suponen un complemento idóneo y respetuoso con el medio ambiente.

Además, en el marco de esta concepción global de la protección contra los incendios, hay que incluir el necesario mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos instalados.

Por otra parte, entre los productos más habituales que se utilizan para prevenir y apagar fuegos destacan los siguientes: señales, armarios, columnas secas, hidrantes, bocas de incendios equipadas, rociadores, extintores y otros accesorios. Aparte, las empresas que se encargan de combatir los incendios también ofrecen determinados servicios a tener en cuenta: señalización, mantenimiento, planes de emergencia, instalaciones, certificaciones y proyectos.

En definitiva, la protección contra los incendios se ha convertido en un requisito del que ningún recinto puede prescindir. De la vigilancia a la respuesta, todas las decisiones en materia de protección contra los incendios se han de insertar en una estrategia coherente.

En este sentido, conviene recurrir a una empresa especializada en la prestación de estos servicios.